• 05.09.2025
    Futbol
    UNA NOCHE QUE SERA ETERNA
    Foto: Juan Mateo Aberastain/MDZ
La noche del 4 de septiembre de 2025 quedará marcada para siempre en la historia de nuestro fútbol. El campeón del mundo disputó su último partido como local en las eliminatorias rumbo al Mundial 2026, venció con claridad a Venezuela y Lionel Messi regaló, quizá, su última función oficial en nuestro país.
Sin embargo, no fue solo un partido. Con el paso de los años y las décadas, aquella jornada también será recordada por un hecho que multiplicó las emociones. Miles de niñas y niños podrán contar a sus hijos y nietos que esa noche ingresaron por primera vez al Estadio Monumental, que vieron jugar a la Selección campeona del mundo y al mejor futbolista del planeta. Y lo recordarán con nitidez, porque la memoria guarda a fuego lo que nace de la emoción.
Esos jóvenes —que pronto serán adultos— vivieron anoche el deslumbramiento irrepetible de subir los treinta escalones que conducen desde la boca de acceso de la Centenario Baja hasta la inmensidad del estadio. Sus ojos brillaban con asombro, y esa mezcla de sorpresa y felicidad se transformó en una imagen imborrable. Algún día lo contarán: que estuvieron allí, con sus amigos y compañeros de equipo, compartiendo un momento único. Algunos lo recordarán como futbolistas profesionales; otros, evocarán con ternura aquella etapa en la que jugar al fútbol era, simplemente, un juego.
La decisión de la AFA fue histórica, casi sin antecedentes en el mundo. A través de la Comisión de Fútbol Juvenil e Infantil, cada institución participante del torneo infantil “César Luis Menotti” recibió una invitación para que sus jugadores ocuparan las casi siete mil localidades de la tribuna. También dijeron presente representantes de organizaciones no gubernamentales comprometidas con erradicar la discriminación en los estadios, promoviendo valores de inclusión, respeto y unidad en el fútbol. Esa tribuna colmada de voces infantiles fue mucho más que una decisión organizativa: fue un mensaje. Un recordatorio de que el fútbol no solo se mide en títulos, sino también en la capacidad de sembrar sueños y de acercar a los más chicos a una experiencia que quedará para siempre en su memoria.
La noche del 4 de septiembre de 2025 será recordada por el triunfo, por Messi y por las Eliminatorias. Pero, sobre todo, será recordada como la noche en la que miles de niñas y niños descubrieron el Monumental, la Selección y la grandeza de un deporte que, en su esencia más pura, sigue siendo un juego que nos une.
Por una noche eterna, salud.